una entrada más
Ya no me dueles, me lastima el pensar que me dolió.
Recuerdo pasar noches
enteras contándote mis confidencias, historias que hacían parecer el tiempo
inexistente, te veías tan fácil de comprender, como si hubiéramos hecho una
promesa en alguna vida pasada. Cuando te vi pasé miedo, pero todo sucedió
perfecto para alargar la historia un poco más, en vez de estar a solo llamadas cada vez que nos aburríamos.
Te tenía tan encima,
casi como algo simple de glorificar, todas mis cualidades favoritas estaban en
ti, era tan adrenalínico, pero era lo que tenía que ser para dos jóvenes como
nosotros. Mi mamá te adoraba, pero no tanto como yo.
Ponía todo mi
esfuerzo para que las cosas funcionaran incluso en los peores momentos, cuando
tu estabas deprimido en tus asuntos sin decirme ni una sola palabra, pero
estaba acostumbrada a tu falta de comunicación y quizás nunca estuviste listo
para mí.
Sonreías cuando descubrías
que te estaba grabando para verlo después en mi casa y reírme contigo otra vez.
Tus hermanas me adoraban y me veía en ellas, pero luego no vi nada más.
Insistí contigo y
tus problemas y tu no te interesabas ni en mis malos momentos, ¿no se suponía que debíamos estar para el otro?
Me quedé esa vez en
el hospital esperando que aparecieras por la puerta, pero nunca estuviste ni
cerca, aun así soñé contigo esa noche.
Solo mi mamá sabe
cuanto lloré cuando te fuiste a ver a tu familia, pero sabía que, si estabas
feliz con eso, yo lo estaba más. Recuerdo cuándo dejaste de hablarme de la nada
en esos tiempos y yo en ese momento otra vez en el intento de comprenderte fue cuándo me dijiste que
ya no me amabas, luego de haber competido por eso cada día.
El 14 de febrero de ese
año fue el día que más sola que sentí en la vida, se supone que tengo una
pareja estable y seria, pero están todos recibiendo llamadas o detalles de algún tipo, te escribí para mandarte una canción que nos recordaba, no respondiste, como se
supone que tenía que sentirme?, lo peor es que creo que lo comprendí.
Lloré en el piso del
baño hasta madrugada mirando el cielo esa noche, pensando que había hecho mal.
Cuándo vuelves todo termina para luego enojarte por querer hacer mi vida e
intentar estar bien, ¿tanto te dolió verme bien?
No fue suficiente
para ti, sabias que me tenías en donde quisieras ponerme, vuelves a estar en mi
vida como si constantemente me recordaras tu presencia, dándome amor y quitármelo, ¿eso era divertido para ti?
Y me siento nostálgica
volviendo a llorar por esto y por tu irresponsabilidad en esa “relación” pero
estoy segurísima que esta será la última vez.
Luego de idas y
vueltas, tramites y visitas para usarme de alguna forma, te vas, pero nunca te
vas de manera real, después de hacerme llorar en mi cumpleaños y hasta que en
año nuevo dejo de hablarte luego de escuchar tu audio diciendo feliz año entre
risas. Me sentí aliviada ese día de ya no tenerte.
Y si te soy honesta
ese día de verano hubiera preferido al cartero con un regalo en mi puerta en remplazo.
Todas esas visiones luego
de que volvieras a mí, con el miedo de decir que éramos, pero se lo dijiste a
mi papá antes que a mí, ¿qué debí haber hecho? ¿Empezar a contar desde el año?
O cuál era tu propuesta que nunca me dijiste valientemente.
Entre eso y nuestros
planes de irnos a vivir juntos, que parecían tan reales, pero ¿Quién era ella? Nunca
me hablaste de eso, nunca me contaste nada, pero confiaba tanto en ti, mientras
yo era tu secreto en ese momento y luego ya no era tan raro verte hacer cosas
que nunca quisiste hacer conmigo, quizás no era la indicada, pero tu sabías lo
que pensaba y ni siquiera intentaste ocultarlo.
Agotada estaba, pero mis ultimas energías
fueron siempre para ti, aunque lo absurdo de la situación y tu “deconstrucción”
ilógica conveniente solo para ti mismo, y lo poco que me faltaba para odiarte hicieron
alejarme para siempre de ti.
Me quebraste y me pisoteaste
el alma, lo que se me llenaba cada vez que te veía feliz.
Te quejabas que ya no
estaba como antes, que ya no tenía ese brillo, que tu mismo me quitaste, pero
me hiciste creer que todo estaba en mi cabeza y era la culpable, cosa que me
creí en ese momento. Y reconozco que cambié, pero tu hasta ahora eres alguien irreconocible
y desconocido para mí.
No sabes lo mucho que
se burló mi papá de mala manera luego que le dijera que ya no estábamos juntos
nuevamente y después de sus frecuentes preguntas con mal carácter sobre ti.
Lamento todas las
veces que prefería ser yo la que sufriera en vez de ti.
Y ciertamente no te
merecías lo mejor. Aún así no te deseo nada malo. Ni nada bueno.
Comentarios
Publicar un comentario